El ingreso de Estados Unidos (EEUU) al conflicto bélico entre Israel e Irán, tras bombardear tres instalaciones nucleares en territorio iraní, ha elevado drásticamente los riesgos económicos y políticos a nivel global. Como suele decirse: si Medio Oriente estornuda, el mundo se resfría; y Argentina no puede mantenerse al margen.
Desde sus redes sociales, el presidente Donald Trump celebró la ofensiva: “Hemos completado con gran éxito nuestro ataque a los tres sitios nucleares en Irán, incluyendo Fordow, Natanz y Esfahan. Todos los aviones ya se encuentran fuera del espacio aéreo iraní. Se arrojó una carga completa de bombas sobre el sitio principal, Fordow. Todos regresan a salvo. ¡Ahora es el momento de la paz!”.
En respuesta, el Parlamento iraní aprobó preliminarmente cerrar el Estrecho de Ormuz, una decisión aún pendiente de ratificación por parte del Consejo Supremo de Seguridad Nacional. El general Esmaeil Kousari advirtió que "se hará cuando sea necesario", según informaron las agencias Europa Press y Reuters.
Ormuz es un corredor vital para el transporte energético: por sus apenas 30 kilómetros de ancho transita el 20% del petróleo y el 30% del gas natural licuado (GNL) global. Su bloqueo podría disparar el precio del crudo entre U$S130 y U$S150 por barril, desde los casi U$S75 actuales, según proyecciones de JP Morgan e ING Barings.
Impacto global
La tensión global ya repercute en los surtidores argentinos. Las petroleras Puma y Shell aplicaron un aumento del 5% en los precios de la nafta y el gasoil, mientras que YPF, con casi el 60% del mercado, aún no se ha pronunciado.
El economista Javier Timerman sostuvo que “en el corto plazo, el impacto se canalizará a través de los precios y la inflación. Las refinerías locales tienen muy poca capacidad para absorber el aumento internacional del crudo”. Recordó también que “la baja del 4% a principios de mayo ya fue más que compensada por esta reciente suba”.
Advirtió que el escenario para el IPC se complica: “Las expectativas actuales -1,7%, 1,5% y 1,4% para junio, julio y agosto- parecen demasiado optimistas”.
A largo plazo, la escalada del conflicto puede presionar aún más a la economía global. Un cierre prolongado del Estrecho de Ormuz implicaría más inflación en EE.UU y otras potencias, limitando las chances de recortes de tasas por parte de la FED. Eso complicaría los mercados financieros y reduciría la capacidad de países como Argentina para obtener financiamiento externo.
“Recordemos que la guerra en Irak comenzó en 2003 y se pensaba que duraría dos días, pero se extendió por siete años”, dijo Timerman. “Si esta crisis se prolonga, aumentará el riesgo político y se dificultará la entrada de capitales”.
Daniel Montamat, ex secretario de Energía, advirtió sobre la sensibilidad del mercado chino: “El cierre de Ormuz complica mucho el abastecimiento de China, el mayor importador mundial de crudo. Si se interfiere ese tráfico, el barril puede superar los U$S100”. No obstante, aclaró que si no se concreta el cierre o si se alcanza un principio de acuerdo, los precios podrían moderarse.
Desde otra perspectiva, Ricardo Delgado, director de Analytica, explicó que el aumento del precio de los combustibles repercutirá directamente sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC), aunque la magnitud dependerá de cuánto dure el conflicto y si se consolida el alza del crudo.
Señaló además que, frente a un contexto de escasas reservas, el Gobierno nacional podría extender la reducción temporal de retenciones al agro -que vence a fin de junio- como estrategia para captar divisas, dado que la emisión de deuda en dólares parece aún lejana.
Mariano Kestelboim, economista y docente, destacó que las consecuencias más relevantes para Argentina serán: un incremento del precio del petróleo, un aumento del riesgo país por mayor aversión al riesgo, dificultades de acceso al crédito y posibles depreciaciones monetarias en la región.
“El Gobierno deberá negociar con las petroleras para moderar los aumentos, facilitar el crédito para las PyMEs y reforzar la asistencia vía subsidios y libertad de negociación salarial”, sugirió.
Implicancias políticas
El politólogo Fabián Calle alertó sobre los riesgos de una escalada: si Irán extiende el conflicto más allá de Israel e involucra directamente a Estados Unidos, Trump podría profundizar su ofensiva militar.
Según Calle, esto podría arrastrar a Argentina a un escenario de mayor vulnerabilidad, dada su alineación automática con EE.UU e Israel. “El país podría volver a quedar en la mira del terrorismo internacional, como ya ocurrió en los 90”, advirtió.
A su vez, Trump enfrenta presiones internas: por un lado, sectores que no quieren repetir los errores de Bush y Obama en Medio Oriente; por otro, el lobby israelí que exige una respuesta más contundente, consignó el sitio Infobae.